La belleza trasciende la estética

martes, 27 de mayo de 2025

Un café






Iain Faulkner

J.S. Bach: Silencio, no habléis, Cantata del café BWV 211


Juan Sebastián Bach quiso ridiculizar la desmedida afición por el café que existía en la Europa central durante el siglo XVIII. Lo hace mediante un autoritario padre que trata de obligar a su hija a que abandone su desmesurada devoción por el café.

El argumento central de la Cantata presenta la discusión entre un padre, Schlendrian, y su hija, Lieschen. La joven bebe demasiado café, algo que parecía no estar bien visto en la época. Su progenitor intenta convencerla para que abandone lo que él considera un mal hábito. Le amenaza con prohibirle ir a bodas o asomarse a la ventana, pero Lieschen prefiere seguir tomando café.

La opinión de la joven cambia cuando Schlendrian le dice que si no deja el café nunca se casará. Con esta última amenaza, la joven promete dejar el café, pero solamente si el padre le busca novio de inmediato. Mientras tanto, ella corre la voz que solo aceptará a un novio que le permita tomar todo el café que quiera.
Antes de que su hija pueda cambiar de parecer, Schlendrian sale a buscarle un marido. Lieschen aprovecha su ausencia para afirmar que incluirá una cláusula en el contrato matrimonial por la que se le permitirá preparar café cuando desee.

 ¡Oh!, qué agradable es el aroma del café, 
más exquisito que mil besos,
 más dulce que el vino moscatel.
 Café, café, necesito tenerlo, 
y quien quiera complacerme 
 ¡ah, que me regale café!





Subtitulada

La letra fue escrita por el poeta Christian Friedrich Henrici, más conocido por el seudónimo de Picarder.

La Cantata del café, aunque clasificada como una cantata («cantada», del italiano cantare), es esencialmente una pequeña ópera cómica.