Naturaleza muerta con fruta y flores. Jan van Huysum
Continuamos con el bodegón floral:
Holanda
Las pinturas de flores formaron un subgrupo con sus propios especialistas. Entre ellos estuvo Jan van Huysum, e incluso ocasionalmente fue una especialidad de las pocas mujeres artistas, como Maria van Oosterwyck y Rachel Ruysch; los holandeses también fueron líderes en dibujos, grabados e ilustraciones botánicos y de carácter científico. A pesar del intenso realismo de flores individuales, las pinturas estaban compuestas a partir de estudios individuales o incluso ilustraciones de libros, y rutinariamente se incluían en la misma composición flores de estaciones muy diferentes. También se repiten las mismas flores, lo mismo que las mismas vajillas, en diferentes obras. Y no eran realistas, en el sentido de que los ramos de flores en jarrones no eran de hecho en absoluto comunes en las casas de la época.
La razón fundamental del desarrollo de este tema es el arraigado amor de los holandeses por las flores, consideradas como cosas raras y dignas de aprecio, altamente estimadas en la vida doméstica y valoradas como mercancías aptas para la especulación económica, además de objetos naturales de alcance científico. Hubo artistas tan especializados que, sobre hojas de vitela, pintaron las flores más rebuscadas y bellas, en particular los tulipanes. De esta manera, con atención y cuidado más propios de un naturalista, los pintores formaron completas colecciones (a modo de verdaderos herbarios) de maravillosa precisión y elegancia, buscadas por toda Europa como piezas de coleccionista.
Jan van Huysum
Rachel Ruysch
Godfried Schalcken: Retrato de Rachel Ruysch
Rachel Ruysch (La Haya, 3 de junio de 1664, Ámsterdam, 12 de agosto de 1750) se especializó en el género del bodegón de flores.
Se trasladó a vivir a Ámsterdam a los tres años de edad. Su padre, Frederik Ruysch, un famoso anatomista y botánico, fue nombrado allí profesor. A los quince años de edad, empezó como aprendiz con Willem van Aelst, hasta la muerte de éste en 1683; Van Aelst era un prominente pintor de Delft, conocido por sus cuadros de flores. En 1693, se casó con un retratista, Juriaen Pool, con quien tuvo diez hijos.
En 1709 fue incluida, junto a su marido en el gremio de pintores de San Lucas, en La Haya. De 1708 a 1713, ella y su esposo fueron invitados a trabajar como pintores de la corte en Düsseldorf, para el Elector Palatino. Rachel Ruysch trabajó para él y su mujer desde 1708 hasta la muerte del príncipe en 1716. En esa fecha retornó a Ámsterdam, donde continuó trabajando hasta los ochenta y tres años de edad.
La típica naturaleza muerta de Ruysch, consiste en unas flores dentro de un jarrón situado sobre un alféizar o borde de mármol o piedra, con un fondo oscuro. La evolución de su estilo puede seguirse fácilmente en una serie de pinturas del Rijksmuseum de Ámsterdam.
Su éxito técnico se basó en un dibujo sólido y enérgico, y con su original introducción de un movimiento sofisticado y elegante, así como en una libertad de composición, tanto a pequeña como gran escala.
Vivió ochenta y cinco años, y sus obras, en su gran mayoría firmadas, cubren una sólida y segura cronología desde 1681 hasta 1747. Se conocen un centenar de pinturas suyas. El fondo de sus pinturas suele ser negro. También destaca por sus pinturas de jarros de cristal detallados y realistas.
Naturaleza muerta con ramo de flores y ciruelas. Rachel Ruysch
Se considera una de sus obras cumbre, hoy en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica. El sutil uso de la curva en la composición declara su excelente buen gusto.
María Van Oosterwyck
María Van Oosterwyck
Son excepcionales los casos de mujeres que sin provenir de una familia de artistas se dedicaran a la pintura. Es el caso de María Van Oosterwyck. Fue alentada en esta actividad por su padre, un ministro predicador de la Reforma holandesa.
Era alumna de Jan Davidsz de Heem, según el pintor y escritor sobre arte Arnold Houbraken (1660-1719). Van Oosterwijk fue muy popular entre la realeza europea, la admiraban Leopoldo I de Habsburgo, Luis XIV en Francia o Guillermo III de Inglaterra. Pero a pesar de su éxito, no la dejaban unirse al gremio artístico por ser mujer.
Como mujer dedicada profesionalmente a la pintura, tuvo que enfrentar el problema de conseguir un asistente, ya que los jóvenes preferían ser ayudantes de pintores varones y a pocas mujeres les permitía su familia realizar este tipo de tareas. Fue así que María entrenó a su criada de labores domésticas, Geertje Pieters, en la preparación de las pinturas y luego también le enseñó a pintar. Más tarde, Geertje llegó a vender sus propias pinturas. Fue ella quien relató a Houbraken una anécdota sobre las intenciones del pintor Willem van Aelst respecto a María. El viejo pintor, quien podía acceder al estudio de la artista desde la parte trasera de su casa, insistía en sus proposiciones amorosas. María había puesto como condición a su aceptación que él se sentara a pintar en el estudio de ella diez horas al día durante un año para poder hacer un seguimiento de sus hábitos de trabajo. Como Willem no cumplió con lo estipulado, María continuó viviendo soltera.
Naturaleza muerta con flores. Maria van Oosterwyck
Los sindicatos de pintores de la época generalmente no permitían la afiliación de mujeres, sin embargo, las empleaban en la producción de pinturas de bajo precio. Algunas vendían sus obras en la calle. A pesar de que María llegó a pintar en un nivel profesional, ganando más de 100 florines por pintura, sólo fue considerada “amateur bien pagada” por el gremio. La buena posición económica que logró alcanzar puede probarse por algunos hechos documentados: en 1666 prestó una gran suma de dinero a las hermanas Van Stralen en Delft; en 1675 y 1677 realizó grandes donaciones (1500 y 750 florines) para pagar el rescate de tres marineros prisioneros de piratas argelinos.
María permaneció activa en la pintura hasta el año de su muerte en 1693, a los 63 años, y aún así su producción no fue muy extensa debido a la complejidad de sus trabajos y a su manera de pintar muy lenta y detalladamente.
Ramo de flores en un florero. Maria van Oosterwyck |
Mención aparte merece la familia De Heem, Jan Davidszoon de Heem y sus hijos Cornelis de Heem y Jan Jansz de Heem, como también lo hizo su nieto David de Heem, que pintaron todo tipo de naturalezas muertas y bodegones florales.
12 comentarios:
Desconocía todo lo que nos cuentas en esta entrada. Ha sido enriquecedor. ¡Muchas gracias!
Desconocía a estas dos pintoras que me han parecido extraordinarias, me imagino lo mucho que tuvieron que luchar y aguantar por hacerse un hueco en el mundo de los pintores de su época.Besicos
Qué cuadros tan bellos, ¿verdad? Gracias por traerlos a tu sitio y enseñarnos a difrutarlos.
Gracias también por tu comentario en mi último post del blog "vintage" q tengo totalmente abandonado :-) Y es q el q mucho abarca poco aprieta, jaja. Espero q estés bien, linda, te deseo un feliz Adviento. Un beso grande, grande.
He gozado con tu entrada mi querida Rosa, tanto el vídeo como las obras de ambos.
Un abrazo
Sor.Cecilia
Gracias a ti, Ars.
Un beso.
Sí, era la tónica general; afortunadamente hoy se las valora como se merecen.
Un beso, Charo.
¡Hola, Ana! Me alegro de verte.
Aprietas, aprietas, pero lo haces realmente bien.
Feliz Adviento también para ti.
Un beso.
Me alegro muchísimo, querida sor Cecilia.
Un beso de ternura.
Encantada de que hayas venido a tomar el té
Gracias por todo
Un Beso
Un placer, Princesa.
Gracias a ti.
Un beso.
No conocía nada al respecto amiga, y me ha gustado mucho. Por cierto Rosa, tus amigos de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea te desean Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
tengo un cuadro en oleo asi con flores hermosas y no se de quien se parece tanto a lo que nos mostros
Publicar un comentario