El olor a naranja en las gotas de frío,
bajo el sol del invierno.El sabor de la tierra al levantarme.
Abraham Gragera
La clementina se llama así por su creador, el padre Clément, monje trapense.
Hija de una madre mandarina común y de un padre naranja dulce en el huerto del padre Clément.
Bonita entrada, Rosa.
ResponderEliminarTodas las que has publicado en tus blogs.
Gracias por ello. Abrazos
Me acabo de enterar del origen de la clementina que tanto me gusta. Besicos
ResponderEliminar¡Gracias, Maite!
ResponderEliminarUn beso.
Qué rica la clementina, sí.
ResponderEliminarPues se la debemos al padre Climent, que hizo el primer injerto.
Un beso, Charo.
¡Gracias!