La belleza trasciende la estética

sábado, 24 de diciembre de 2016

¡Feliz Navidad!







“… Dante Alighieri dice muy alegre que Cristo es romano, porque eligió nacer en el Imperio Romano y obedeciendo a una orden del Emperador. Si, nació en el Imperio para pagar un nuevo impuesto, y para no encontrar una alcoba donde nacer; y al final de su vida, los soldados imperiales lo crucificarán.
El lugar fue una caravanera y un pesebre. “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre; porque no había lugar para ellos en la posada”. No hubo para Cristo recién nacido ni un cubículo de fonda; y este rasgos asombroso y de tan gran patetismo está puesto por Lucas de paso, en una frase incidental. 

Cristo quiso nacer en la mayor pobreza, quiso hacernos ese obsequio a los pobres. La piedad cristiana se enternece sobre ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de ese misterio: no es el misterio. El misterio inconmensurable es que Dios haya nacido. Aunque haya nacido en el Palatino, en local de mármoles y cuna de seda, con la guardia pretoriana rindiendo honores, y Augusto postrado ante Él, el misterio era el mismo. El Dios invisible e incorpóreo, que no cabe en el Universo, tomó cuerpo y alma de hombre, y apareció entre los hombres, lleno de gracia y de verdad; ése es el misterio de la Encarnación, la suma de todos los misterios de la Fe. Bueno es que los niños se enternezcan ante las pajas del pesebre, la mula y el buey… y que los predicadores derramen lágrimas sobre la pobreza del Verbo Encarnado; pero los adultos han de hacerse capaces de la grandeza del misterio y han de espantarse no tanto de que Dios sea un niño pobre, sino simplemente que sea un niño".

Leonardo Castellani







¡Feliz Navidad!